sábado, 27 de mayo de 2017

20/05/17: 48K LOS 10.000 DEL SOPLAO: 7H17´ DE DIVERSIÓN

Desde el 18/03/17 en Laredo no me ponía ningún dorsal y la verdad es que tenía bastante mono de ello. Aquella vez fueron 10K rápidos y esta vez iban a tocar nada más y nada menos que 48K. El trayecto hasta El Soplao ha estado lleno de entrenamientos divertidos merodeando La Pila, el Águila, el Corvo, Nalda, La Regadera, Viguera, Torrecilla, los Molinos de Ocón, Clavijo, Hermosilla... donde he disfrutado del monte después de mucho tiempo pisando asfalto para preparar la Maratón de Sevilla. Así que en 3 meses justos pasaba de una maratón de asfalto a una de montaña. Para ello iba a tener una compañía de lujo, Miguel y Richi, los "liantes" en esta historia. Al final también se unió Lascas a la carrera. 


En Cabezón de la Sal nos dimos cita a las 7.45h de la mañana para tomar la salida con una invitada especial, la lluvia. Qué manera de llover en los momentos previos a la salida. Con el miedo de que continuase la lluvia durante todo el día iniciamos la carrera abandonando el pueblo para adentrarnos en el monte y a los 10´ dejó de llover para el resto del día. Fueron 3K de llaneo hasta afrontar el inicio de la primera de las subidas. Desde el 3K hasta el 7K no paramos de subir en un ascenso bonito afeado por la niebla. Nuestra idea de carrera era disfrutar y recorrerla de principio a fin todos juntos. Cuando nos acercamos a la cima se empezaba a divisar un tapón de gente. Todos parados. Nos preguntábamos qué pasaba y nos dimos cuenta al llegar al punto más alto de qué sucedía. Una bajada por el cortafuegos que quitaba el hipo. Larga y empinada. La gente se mentalizaba de la bajada. Lascas, Miguel y Richi eligieron la opción "campo a través" y yo me decanté por la opción más sensata, la de bajar por la zona de cuerdas. Fue un descenso largo y divertido en el que, como no cabía duda, llegué el último de los cuatro. 

Justo antes de la salida

Tras reagruparnos continuamos bajando hasta el kilómetro 10, donde cruzábamos el pueblo de Ruente por una carretera estrecha y con multitud de público animando a ambos lados. Primer avituallamiento y todo en orden. Nos adentramos en una pista que ascendía levemente en "Z" durante 4K. Era una parte muy corrible pero aún quedaban casi 40K y había que guardar fuerzas así que nos lo tomamos con calma mientras nos reíamos y vacilábamos entre nosotros. Tras llanear un poquito tocaba otro descenso muy corrible y divertido en el que se me enganchó un palo en una rama y a punto estuve de perderlo. Llegamos al kilómetro 19, segundo avituallamiento y tocaba reponer fuerzas. Qué importante es la cabeza en este tipo de carreras, que sabe que vas a recorrer 48K y te prepara psicologicamente para aguantar el esfuerzo de 20K como "si nada".

Cortafuegos 7k

De nuevo tocaba iniciar otro ascenso. Esta vez por caminos estrechos que nos cruzaban constantemente con la pista por donde transcurría la prueba de BTT hasta que nos tocó subir la primera de las paredes. Me puse a tirar mano a mano con Richi hasta coronarla allá por el kilómetro 25, donde nos esperaba el tercero de los avituallamientos. Fue una subida de echar a andar y tirar de palos de las que apetecía, porque íbamos a tirones hasta entonces, corriendo un poco y parando en seguida por las características del terreno. Recargamos energía y continuamos. Empezaba la parte más bonita de la carrera para mí gusto.


Íbamos por un camino estrecho en ligera bajada bastante encharcado debido al agua que había caído por la mañana pero que permitía correr en la mayoría de los tramos. Dejábamos el valle a nuestra izquierda y veíamos tras él el camino del que veníamos. Precioso paisaje y como quien no quiere la cosa llegamos al 30K. Parada técnica donde aprovechamos entre otras cosas para hidratarnos y despojarnos de la ropa que ya nos sobraba por el calor. Continuamos la marcha con la mirada puesta en El Toral, monte que se levantaba enfrente de nosotros y al que nos acercábamos poco a poco. Llegamos a sus pies en el 32K. 

La subida era la más dura de toda la carrera. Cogí la rueda de Richi y subí hasta arriba donde en los metros finales había gran cantidad de público animando. Así da gusto. Un poquito de agua y nos reagrupamos de nuevo los cuatro para continuar el camino. Aquí las vistas eran preciosas, a la derecha el mar y a la izquierda las montañas de donde veníamos. Ya teníamos prácticamente la carrera hecha, desde allí era todo bajada, aunque aún quedaban 14 kilómetros. 


El objetivo era llegar a las carpas blancas. Las veíamos. Teníamos ansias por llegar a ellas. Cada vez más cerca. Ahí estaban. Tan solo unos metros y... ¡Huevos fritos con salchichas! Por fin, objetivo cumplido. El mejor avituallamiento de mi vida. Sentados en una piedra saboreamos ese manjar sin ninguna prisa bañando nuestros paladares con Coca-Cola y alguno con kalimotxo. Ahí perdimos un montón de posiciones y de tiempo pero... ¿quién se puede resistir a un segundo plato de huevos fritos con salchichas? Y más llevando 36K en las piernas así que... dimos media vuelta y volvimos a entrar al avituallamiento. Segunda ración y ya por vergüenza tuvimos que continuar. En este punto también hicimos entrega a Miguel de su sorpresa, unos osos de gominola de tamaño XXL. Tan solo quedaban 11K. Todo bajada.


Ya sabíamos que íbamos a llegar pero quedaba la parte más fea de la carrera. Tras descender del todo hasta el nivel del pueblo, quedaban 6K que se me hicieron eternos remontando el río Saja hasta que enfilamos la recta de entrada a Cabezón de la Sal. Miguel y Richi se pararon a sacar algo de su mochila a menos de un kilómetro para meta y al volver a juntarse a mí me dieron la mejor de las sorpresas posibles en ese momento exacto. Un chupete. Yo que había pensado entrar en meta chupándome el dedo tenía un chupete para hacer la entrada más bonita todavía. Miguel y Richi también se pusieron uno y de esa manera cruzamos la meta chupete en boca y de la mano dedicando la carrera a la pequeña Sofía que está por llegar. Gracias amig...¡conocidos! 

En cuanto a lo menos importante, la clasificación, entramos en meta en los puestos del 283 al 286 de 598 finalistas. Mitad alta de la tabla con un tiempo de 7h17´y posiblemente estando en el podium de los más animados y de los que más disfrutaron de la prueba. Un placer correr a vuestro lado y otra maratón más a la saca.

El post carrera merece una publicación aparte pero... "lo que pasa en El Soplao se queda en El Soplao" así que os dejaré con las ganas de conocer el después pero nos quedaremos con el lema que nos ha traído hasta aquí...

CORRER TE HACE FUERTE

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