Por fin. De nuevo volvía a cruzar una línea de meta y lo que es más importante, por fin volvía a correr sin aparente dolor después de mes y medio con la rodilla dando guerra. Recuperar las sensaciones de la salida de una carrera, de ver al público animando, de ayudar y verte ayudado, de cruzar la meta y abrazarte al compañero...ha sido como revivir mi primera carrera.
Como ya os conté en X Millas Peralta-Falces: la carrera que no pude correr por lesión tras tres semanas de preparación para la maratón de París , el 16 de enero mi rodilla dijo que algo iba mal. Tras cuatro sesiones de masajista no había mejoría y decidí visitar al fisio. Resultó ser la cintilla iliotibial, que me tuvo más tiempo parado del que pensaba. Fueron dos semanas y media sin correr y la vuelta iba a ser muy lenta. Debía incrementar mi tiempo de carrera progresivamente, un día 20 minutos, otro descanso, otro 30 minutos, otro descanso y así sucesivamente...hasta que los 50´no los soporté. Cuando parecía que el dolor desaparecía gradualmente, llegaron dos latigazos que me hacían perder la estabilidad en la rodilla derecha. Resulto ser un susto y un mecanismo de defensa del propio cuerpo, que con una nueva sesión de fisioterapia parece que se ha arreglado. Así el viernes 27 de febrero corrí 50´sin dolor y el sábado 28 otros 55´también sin dolor...así que como ya valía de perderse carreras en las que ya estaba inscrito, me planté en la 1/2 maratón del Camino sin saber si iba a ser capaz de acabarla.
Pusimos rumbo a Santo Domingo mi gran amigo y compañero Mikel, un clásico ya en esto de las carreras populares, y varios Beer Runners de Logroño, con los que disfrutaríamos después de una suculenta comida. Mi idea era la de salir sin forzar lo más mínimo, corriendo en función de lo que indicase mi rodilla.
De esta manera empecé a correr dentro del pelotón, sintiéndome sorprendentemente demasiado bien, sin ningún tipo de dolor ni molestia. El pelotón fue estirándose tras el paso por las primeras cuestas y llegué junto a Mikel al kilómetro 11, el del inicio de la Degollada, cuesta que nos llevaría hasta el 15K en continua subida; bastante entero y sin dolor a pesar de que desde el 16 de enero no había corrido más de 10K.
Durante la subida ya empecé a notar como me fallaban las fuerzas y pagaba la inactividad. Me puse a rueda de Mikel y él fue el encargado de llevarme durante toda la subida y hasta el final de la carrera.
Durante el descenso hubo tiempo para hacer en exceso el tonto, liberar la felicidad por ver que todo marchaba bien y comprobar que París no se nos resistirá. El resultado fue llegar a la zona llana sin aliento. Ya sólo quedaban dos kilómetros y tendríamos otra media más a las espaldas.
Apretamos al entrar en el casco viejo de Santo Domingo y entramos en 1:47:02, posiciones 360 y 361, a un ritmo de 5:06´/km, pero eso esta vez no importaba. Lo importante era que había podido correr 21K sin dolor y que la lesión, según parece, está olvidada.
De esta manera empecé a correr dentro del pelotón, sintiéndome sorprendentemente demasiado bien, sin ningún tipo de dolor ni molestia. El pelotón fue estirándose tras el paso por las primeras cuestas y llegué junto a Mikel al kilómetro 11, el del inicio de la Degollada, cuesta que nos llevaría hasta el 15K en continua subida; bastante entero y sin dolor a pesar de que desde el 16 de enero no había corrido más de 10K.
Durante la subida ya empecé a notar como me fallaban las fuerzas y pagaba la inactividad. Me puse a rueda de Mikel y él fue el encargado de llevarme durante toda la subida y hasta el final de la carrera.
Durante el descenso hubo tiempo para hacer en exceso el tonto, liberar la felicidad por ver que todo marchaba bien y comprobar que París no se nos resistirá. El resultado fue llegar a la zona llana sin aliento. Ya sólo quedaban dos kilómetros y tendríamos otra media más a las espaldas.
Apretamos al entrar en el casco viejo de Santo Domingo y entramos en 1:47:02, posiciones 360 y 361, a un ritmo de 5:06´/km, pero eso esta vez no importaba. Lo importante era que había podido correr 21K sin dolor y que la lesión, según parece, está olvidada.
Video de la llegada a meta, donde dicen nuestros nombres
Me gustaría agradecer desde aquí a Mikel, gran amigo y compañero, quien comparte conmigo el reto del maratón de París, (Iñaki, no me olvido de ti, te echaremos en falta, ánimo con la recuperación), que me haya llevado hasta la meta cuando mis fuerzas debido a la inactividad empezaban a escasear. Eres grande y sabes que conquistaremos juntos París.
También agradecer a Laura y a María José por prepararnos esas pancartas personalizadas tanto a Mikel como a mí además de al titán Javi Loza, que logra acabar todas las carreras que hace a pesar de sus molestias; no sabéis la ilusión y lo que animan esos pequeños detalles. Pero sobre todo, gracias a ti por aguantarme durante este mes y medio que no he podido correr, gracias.
También agradecer a Laura y a María José por prepararnos esas pancartas personalizadas tanto a Mikel como a mí además de al titán Javi Loza, que logra acabar todas las carreras que hace a pesar de sus molestias; no sabéis la ilusión y lo que animan esos pequeños detalles. Pero sobre todo, gracias a ti por aguantarme durante este mes y medio que no he podido correr, gracias.
Este mes y medio de parón se ha notado, así que hay que darle caña al mes de marzo para llegar lo mejor posible a París. Ya sólo queda una carrera de entrenamiento, el 15 de marzo en Miranda, carrera por montaña de 25K, donde probaremos nuestras fuerzas a casi un mes de París. De todo se aprende, y las lesiones forman parte del juego, forman parte del correr y forman parte de esas muchas cosas que hacen que crea que...
CORRER TE HACE FUERTE
Correr te hace feliz, sigue, sigue y no pares. Poco a poco conseguirás todas tus metas. Ya sabes que el límite solo lo pones tú. A por todas Titán.
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