Con mi amigo Mikel he compartido muchos momentos en poco tiempo podríamos decir. Hemos sido compañeros bajo palos y compañeros de multitud de entrenamientos y carreras. Ahora vivimos en ciudades diferentes y esos momentos compartidos, desafortunadamente, son menos. De ahí que tras la propuesta de correr juntos esta carrera ya conocida por ambos (yo dispute la edición de 2015 y la edición de 2016) mi respuesta fuese sí, sin dudarlo.
Estábamos en un momento en el que no teníamos ningún reto en mente y esto sirvió como excusa para seguir entrenando un poco mientras iba descubriendo mi nueva faceta como padre.
La fecha de la prueba se iba acercando y mis piernas ya sumaban bastantes kilómetros de monte, las de Mikel por circunstancias no tanto.
Tomamos la salida con la idea de ir de principio a fin juntos y eso hicimos. Los primeros 12km fuimos guardando y a partir de aquí comenzó el calvario de Mikel. Tuvo un mal día que hizo que nos costase llegar más de la cuenta a meta, pero aún así carrera a la saca y juntos de principio a fin disfrutando de los montes que rodean Pamplona.
Acabamos en 3h51' sabiendo que ese sufrimiento corriendo se transforma en que
CORRER TE HACE FUERTE
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