10/09/17: DUATLON CROS DE LOGROÑO: PROBANDO NUEVAS MODALIDADES

Tras un verano de lo más tranquilo y sin ningún reto mayúsculo en mente (deportivamente hablando porque lo que se me viene encima no es poca cosa), decidí apuntarme al duatlon de Logroño después de "probarme" en una quedada con los organizadores y ver que no era el más torpe y podía completar el circuito en bici. Mi nivel de bici era (y es) de verano azul, (por no tener no tengo ni pedales automáticos), así que en un mes me recorrí varias veces el circuito del duatlon y con eso me vi en la línea de salida.

Preguntas de última hora como novato que era: "¿cómo se hacen las transiciones?, ¿cómo se deja la bici?, ¿cómo programo el reloj?" y a correr. El duatlon era modalidad sprint, 5K de carrera, 22.5K de btt y 2.5K de carrera de nuevo. Lejos de mi mejor nivel, decidí completar los primeros 5K a un ritmo entre 4.05 y 4.10 y lo hice en 4.09, la maquinaria está todavía oxidada.  

Tras ese paseito tocaba subir a la bici y experimentar sensaciones nuevas... y vaya si lo hice. La gente me pasaba como auténticos aviones mientras yo intentaba aclararme con los platos y los piñones. No adelanté a ninguna persona en el sector de bici. Pero ya sabía que venía a eso así que me concentré en mi ritmo y de vez en cuando miraba de reojo hacía atrás para ver si los compañeros Beer Runners Israel y Pedro me pisaban los talones. Pedro apareció en la segunda vuelta del circuito y me adelantó en las subidas mientras yo le recortaba distancia en las bajadas hasta que en la última bajada se me distanció unos 20-30 segundos hasta llegar a la transición bici-correr con esa distancia entre nosotros. Curiosamente entrenando logré rebajar 2´ mi tiempo en el sector de bici a lo que hice en carrera. Supongo que pesarían los 5K iniciales y que no tenía a "el profe" delante para marcarme el ritmo. 

Con el objetivo de pillar a Pedro en los últimos 2.5K inicié el último tercio de la prueba. Imposible. Las piernas no iban después de la bici (qué razón los que me decían que costaba correr después de montar en bici). Llegué a tenerlo cerca durante un momento pero el esfuerzo que me suponía intentar llegar hasta él no me compensaba. Miré hacía atrás, vi que no venía nadie y me relajé en los últimos metros de la carrera completando el último sector a un ritmo de 4.34´/km para entrar en meta en 1h45´25´´, posición 75 de 131 finalistas, con el dedo "a lo chupete" para saborear mi última entrada en meta con las "manos vacías". 

Al final logré lo que me había propuesto, acabar en 1h45´, así que contento con esta nueva experiencia, aunque al entrar en meta no opinaba lo mismo.

CORRER TE HACE FUERTE