domingo, 12 de junio de 2016

05/06/16: 32K CAMILLE EXTREME: BRUTAL, ESPECTACULAR, BESTIAL...

Después de disputar la Higa de Monreal y la Hiru Mendi Trail, llegaba con Mikel a Isaba para disputar la Camille Extreme y seguir con la progresión de kilómetros y desnivel antes de enfrentarnos al Maratón de Las Tucas el 23/07/16. Todo el mundo habla de esta prueba como una de las más duras de Navarra, como una de las pocas que se puede considerar "carrera de montaña pura", y así lo es, una prueba bestial por su preciosidad y dureza. Son 2000 metros de desnivel positivo que hacen verídico el eslogan de la prueba: el infierno en el paraíso. Como nota diferente decir que la organización no iba a repartir ni botellas ni vasos en los avituallamientos, en busca de conservar y respetar el monte, con lo cual cada uno debía llevar su propio modo de hidratación. Yo opté por un cinturón con dos mini-botellines de 115ml cada uno.


Mirando la clasificación de ediciones anteriores estimé mi llegada en torno a las 4h30´, así que decidí comenzar la carrera con Mikel, con el que compartí los primeros 9K, de los cuales los 8K primeros eran de continua subida con unos paisajes increíbles y que acababan con una ligera bajada, momento en el cual decidí continuar en solitario animado por mi colega.


Hasta aquí la dureza de la prueba se empezaba a hacer evidente con cuestas en las que era obligatorio echar a andar. Ya estaba en el 9K .


Aunque iba bien en aquel momento, la idea era reservar fuerzas para llegar entero al 15K, momento en el que comienza la dura y larga ascensión a Ezkaurre (2045m de altura). Del 9K al 15K era un recorrido relativamente cómodo, en su mayoría en bajada, que sirvió para estirar al grupo y donde arañé alguna posición que posteriormente perdería en la subida. Del 15K al 20K de nuevo continua subida en busca de la cima del Ezkaurre.

La "pared" que es la subida al Ezkaurre

La primera parte de la subida transcurre por un bosque que se va convirtiendo poco a poco en una pared rodeada de árboles. Andar sí o sí. Cuando la inclinación va cesando no es más que un escaso respiro previo al corte de respiración que produce el salir del bosque y ver la verdadera pared, la subida rocosa a la cima del Ezkaurre. Son aproximadamente 3K verticales. Tal cual, sin exageración. Sálvese quien pueda. A modo de curiosidad os dejo el tiempo que me costó realizar cada kilómetro desde el 15 hasta el 20, momento en el que se llega a la cima.

15k: 8.55´
16k: 7.31´
17k: 7.40´
18k: 14.00´
19k: 26.05´
20k: 19.59´

Una vez finalizada la "escalada", iluso de mí y pecando de novato, pensaba que todos mis males habían acabado y en realidad no habían hecho más que empezar. Mucho más de lo que sufrí subiendo, que en definitiva iba a mi ritmo, sufrí bajando. El terreno de bajada era igual que el de subida, piedras grandes y sueltas, sin sendero, que hicieron que mi torpeza alcanzase su máximo exponente. Aquí me adelantó hasta el apuntador. Sin duda, la zona de bajada con piedras sueltas es lo que peor llevo.


Finalizada la bajada con más pena que gloria y tras superar varios neveros, alcancé la distancia de la media maratón y pude correr un poco en la búsqueda de los puestos perdidos hasta que de nuevo una pared me frenó en el 23K.  Vuelta a andar para coronarla. Las piernas, aunque cansadas, me iban respetando. Pero necesitaba correr, que es lo que mejor se me da y desde el 15K prácticamente no había podido hacerlo debido al terreno. Fue entonces cuando aproveché para hacerlo. Tras coronar esa montaña el terreno permitía correr en ligera bajada por campo abierto hasta llegar a la siguiente subida. Fueron aproximadamente 2K. Estas subidas ya no eran tan exageradas, pero a las alturas en las que estaba me obligaban a andarlas.

Paisajes espectaculares en el 27K, Armaia

Ya llevaba 27K y mi pensamiento era llegar. "Sólo" me quedaban 5K de continua bajada. Como me había pasado antes, sufrí mucho más las bajadas que las subidas. Eran bajadas técnicas y pronunciadas que me obligaban a ir frenando continuamente y muscularmente me mataba. Algunas zonas menos empinadas las disfruté dejándome llevar a un ritmo más que aceptable. Tras coger brevemente una pista en la cual me movía como pez en el agua, volvimos a adentrarnos en el bosque para esta vez bajar por una larga pendiente que acabó por castigarme del todo. Ya sólo quedaban 500 metros a meta y allí estaban mis padres con mi chica Maria José y Marcos, esperando para verme cruzarla.


Último esfuerzo...


...y meta cruzada en 4h46´25´´, posición 218 de 386 finalistas.


La sensación al entrar en meta fue contradictoria. Por un lado satisfacción por acabar una prueba tan dura en el tiempo más o menos estimado, lo que supuso sobre todo un descanso mental, ya que llevaba esperando la meta bastante tiempo. Por otro lado me quedó una sensación de haberme desenvuelto muy mal y con bastante torpeza en las bajadas de piedra suelta. La sensación actual es que ya he hecho mi primera Camille Extreme acabándola en mitad de tabla, que para ser mi primera participación en la carrera, la distancia en monte más larga recorrida y el desnivel positivo acumulado más alto al que me he enfrentado creo que no está nada mal. Además, el calor que hizo durante toda la prueba la hizo más dura si cabe. En cualquier caso, lo que si que se que ha hecho esta carrera es dar fuerza a mi lema...

CORRER TE HACE FUERTE




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