miércoles, 13 de enero de 2016

10/01/16: 21K TRANSCANDAMIA: UNA LOCURA DE CARRERA LLENA DE BARRO

Desde que el capitán de los Beer Runners de Logroño, Esteban, y Eva, leonesa, nos contarán y hablaran de esta prueba hace un año, y tras informarme más acerca de ella y ver fotos y vídeos, me entraron ganas de correrla y quedo marcada como futurible en el calendario. Acercándose la fecha y liando a mi fiel compañero Mikel ya estábamos apuntados a, posiblemente, la prueba más loca que he corrido hasta ahora. Se trata de una prueba denominada carrera de montaña que transcurre por la Candamia, monte situado al lado de León. Hasta aquí genial, si no fuera porque toda la semana previa incluido el día de la prueba, el cielo leones no paraba de lanzar lluvia de manera incesante, así que aquello parecía más una mezcla entre "Humor Amarillo" y una "Spartan Race".


Nos dimos cita en la salida limpios, tal y como se aprecia en la foto, mi compañero Mikel, que estrenaba la capitanía del grupo Beer Runners Pamplona, junto con Javi, David, Kike y Eva, miembros de los Beer Runners de Logroño y de León. Los primeros dos kilómetros transcurrían por la urbanización cercana a la Candamia hasta que nos adentramos en ella. 


Corrí con Mikel toda la carrera. Una vez entrados en la zona del bosque comenzaba un recorrido lleno de continuas subidas y bajadas totalmente embarradas, que hacían imposible correr en ellas a los que nos tomamos la prueba con tranquilidad. Los primeros 10K psicologicamente fueron duros porque no se podía correr más de 5´seguidos y era todo un sube como puedas sin resbalarte y un baja como puedas sin matarte. Utilizamos en varias de esas cuestas la técnica del tobogán, apoya el culo en la tierra y déjate llevar, con la inestimable colaboración de los árboles que servían como agarre en la subida o frenos en la bajada. 


La segunda parte de la prueba mantenía la misma tónica que la primera aunque las cuestas eran más largas y había mas circuito rodadero. Merecen mención especial esos artistas del recorte. Una cosa es ir por la zona con vegetación paralela al camino marcado para correr sin patinar y otra muy distinta es trazar autenticas diagonales para evitar bajar cuestas embarradas o para evitar subir cuestas con gran pendiente. Recuerdo especialmente una ocasión en la que había que dibujar una "U", primero bajando, luego un poquito recto y después vuelta a subir. Esos artistas de los que hablo llegaron a trazar algo parecido a una "v" minúscula, evitando la bajada embarrada y el inició de la subida, que por cierto la gente subió a cuatro patas. Todo por ganar unas posiciones, posiciones que yo decidí perder por pararme unos segundos en una especie de mirador desde donde se veía prácticamente toda la ciudad de León. 


Tras el avituallamiento del 14K la superficie por la que avanzar se ensanchaba y permitía adelantar varias posiciones, cosa prácticamente imposible hasta entonces. Nos íbamos acercando al final, donde nos dio tiempo a charlar con un compañero vallisoletano y con un leones que nos explicó al detalle lo que nos depararía en los últimos 2K que quedaban. Entrabamos de nuevo en el bosque y un cartel que rezaba "La Anibalada" nos indicaba que ya sólo quedaba una cuesta más que subir, una cuesta más en la que usaríamos pies y manos para no caer hacía abajo. Son 200 metros de dura subida con una pendiente del 30% que acaba en la misma línea de meta. 

Momento final de la subida

Gracias a los ánimos del público y en especial de María José, quien estaba en la meta esperándonos pasada por agua , cruzamos la línea de llegada juntos Mikel y yo, mostrando la camiseta de Beer Runners Pamplona-Iruña que no habíamos podido enseñar durante la carrera. Y la manera en la que llegamos no tiene nada que ver con la manera en la que salimos. El barro fue el principal protagonista. 


Entramos en 3h19´49´´ , posiciones 320 y 321 de 443 finalistas, tras habernos tomado la prueba con relativa tranquilidad. Ha sido una bonita experiencia y una prueba muy dura debido a la cantidad de barro acumulado que de verdad hacía imposible subir sin patinar y bajar en condiciones sin echar las manos o el culo al suelo. Me hubiese gustado correr la carrera. Sí, con correrla me lo hubiera pasado mejor. Al principio tanto barro resultaba gracioso y divertido, pero al final se hacía pesado y se echaba de menos zonas en las que disfrutar corriendo. Al menos esa fue mi sensación. 


La experiencia de la Transcandamia fue muy positiva, pero no fue lo mejor del fin de semana. No estamos tan locos como para ir a León y sólo correr. El sábado nos juntamos un bonito grupo y estuvimos visitando la ciudad. Bueno, más bien sus bares.


Paseo turístico por el barrio de El Húmedo. ¡Qué bien se come y se bebe en esta ciudad!



Tras comer, y buscando el descanso necesario para correr una prueba de las características de la Transcandamia, buscamos refugio en un bar de la Plaza de Regla y esto es lo que sucedió. 


Después de esto ya sí que sí, decidimos echar el freno e ir a ver la presentación de la prueba al Bar Dickens, donde sacaron cantidad de aperitivos que deboramos como personas hambrientas. 


Y esto, en definitiva, es lo que hace bonito el correr. Te juntas con buena gente y conoces otros lugares, además de, obviamente, disfrutar de la carrera. Todo unido hace que mi idea cobre más fuerza si cabe...

CORRER TE HACE FUERTE

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