Madrugón a las 5 de la mañana para participar en mi cuarta Behobia-San Sebastian. La primera, en 2013, fue la de mi debut como runner y el inicio de mi idilio con este mundo; la segunda, en 2014 (enlace a la crónica), la de mi consagración consiguiendo mi hasta ahora mmp en la prueba; la tercera, la del año pasado, 2015 (enlace a la crónica), la del pajarón a causa del calor de ese día; la cuarta, este año 2016, os la cuento ahora, pero os adelanto que me ha dejado unas sensaciones inmejorables.
Como he comentado, madrugón a las 5 de la mañana para a las 6 coger un autobús con los Beer Runners de Logroño dirección Behobia. Al llegar, el día nos recibió con lluvia, una bienvenida bastante desapacible que convirtió a los chubasqueros en protagonistas mientras cada uno esperaba su hora de salida. Café, plátano y en seguida a calentar, que uno salía en el cajón verde, a las 10:03h. Ninguno de mis compañeros salía a la misma hora que yo, así que calenté y me dirigí a mi cajón en solitario con la alegría de que la lluvia había cesado y el viento todavía no había llegado a ver la salida.
Al ser mi cuarta prueba consecutiva, los nervios se templan bastante, el recorrido me resulta ya muy familiar y el carácter "épico" que algunos dan a la prueba para mí desaparece. ¡Con la cantidad de batallas que ya he librado! No obstante, la concentración previa no desaparece y me mentalicé para ver si era capaz de acercarme a mi marca en 2014, 1:23:11. Llevaba sin competir en asfalto, de manera seria, desde febrero de este año, en Tudela, y eso hacía que la incertidumbre sobre cómo respondería estuviera presente. La estrategia la tenía clara, salir alrededor de 4´05-4´10´/km y al paso por el 15K ver cómo iba.
Decisión correcta. Salí "conservador" sin quemarme como acostumbro en los primeros kilómetros, yendo cómodo por debajo de 4´10/km y a ritmo constante en las subidas. Del 7K al 12K la idea era rodar rápido ya que el perfil en esos kilómetros es negativo y después llega la subida de Capuchinos. Así lo hice, aunque seguía siendo "conservador", sin rebajar los 4´/km en las bajadas. Ya en el 15K miré mi reloj y pasé en 1:02:48, ritmo medio de toda la prueba 4´12/km. Había ido un poco más lento de lo que quería, aunque físicamente estaba fuerte. Decidí apretar aún sabiendo que hacer 5K que faltaban en 20´20´´, quedando por subir Miracruz, era prácticamente imposible para mí.
Me dí caña en la subida a Miracruz, que se me pasó volando y ya sólo quedaban 3K. Contrarreloj luché para realizarlos en menos de 11´30´´. En ninguna otra carrera larga había rodado a ritmos tan altos en los últimos 3K. Eso era señal de que los entrenamientos van dando sus frutos. Así que el 18K lo acabé en 3.45 y el 19K en 3.57. Último kilómetro, la recta eterna a meta. Ambientazo. 3´51´´ tenía que invertir como máximo para mejorar mi marca. Seguí a mi máximo consiguiendo hacer el último kilómetro en 3´41´´ pero...de mi reloj. En la realidad me quedaban unos 100 metros para llegar a meta que se me hicieron eternos, en los que invertí 26´´, parando el crono en 1:23:27, quedándome a tan solo 16´´ de mi mejor marca en 2014. Posición 1385 de 24114 finalistas. Dentro del 6% de corredores más rápidos.
Aunque aquello no me importó para nada. Carrera disfrutada al 100% yendo de menos a más y acabando con unas sensaciones impresionantes. Siempre da pena que por tan poquito tiempo se escape una marca personal pero prefiero quedarme con lo positivo que es que vuelvo a competir a mi nivel en asfalto después de volver a él tras el verano. Ahora queda seguir entrenando al mismo nivel para llegar el 18 de diciembre a Vitoria en, por lo menos, las mismas condiciones.
De la carrera destacar, un año más, al público. El día empezó muy feo, con frío y lluvia, aunque luego el agua respetó. La gente a pesar de eso estuvo presente durante todo el recorrido, abarrotando sobre todo las calles de Irun y de Errenteria, así como la bonita llegada a meta entrando en San Sebastian. Eso es lo que realmente hace grande a la Behobia-San Sebastian, el público y el ambiente.
Cuando no alcanzas tu objetivo, normalmente te desilusionas pero sigues entrenando para conseguirlo; cuando lo consigues, sabe tan bien que no queda otra que seguir entrenando para futuros objetivos. Así que esto no para, seguimos corriendo, seguimos viviendo, porque...
Cuando no alcanzas tu objetivo, normalmente te desilusionas pero sigues entrenando para conseguirlo; cuando lo consigues, sabe tan bien que no queda otra que seguir entrenando para futuros objetivos. Así que esto no para, seguimos corriendo, seguimos viviendo, porque...
CORRER TE HACE FUERTE
Ese primo, al final te van a hacer socio de honor de la Behobia!! Un abrazo!
ResponderEliminarPrimo!!!! Aun queda mucho para eso...sin ir más lejos el propio Mikel lleva ya 10 consecutivas...
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